Fundación Sergio Castillo ::

Fundación
Sergio Castillo

EXPOSICIÓN

EL METAL, MI MAESTRO Y AMIGO
Sergio Castillo

El fierro fue muy generoso con el artista, le enseñó a hacer animales, a desahogar sus penas por la injusticia o contarnos sus fantasías eróticas, pero sobre todo a desarrollar ese don de la monumentalidad en sus obras abstractas.

Silvia Westermann

Fundación Cultural Providencia. Av. Nueva Providencia 1995.
Desde el 21 de enero al 31 de marzo de 2023. Entrada Liberada

Temas destacados

Biografía

Para entender el porqué hago mis esculturas como las hago.

Desde niño he sido una persona rebelde, nunca me adapté a las tradiciones de familia ni a las reglas de los colegios. Hasta los 30 años viajé y trabajé en diferentes actividades, donde siempre fui el jefe. En 1948, en un viaje a Europa  tuve mi primer encuentro con la cultura. En París me matriculé en la Escuela de Bellas Artes y estudié dibujo. Me fascinaba la escultura, pero pensaba que era sólo para talentosos, por lo que ni me preocupé de saber como era el proceso para realizarla.

Obra en espacio público

…concebidas por un deseo vehemente de participación con el aire libre…

Uno de los principales méritos que caracterizan la trayectoria artística de Castillo es su dimensión como escultor monumentalista. Esto es fácilmente apreciable observando su quehacer desde los mismos comienzos; la gran mayoría de sus composiciones parecen estar concebidas por un deseo vehemente de participación con el aire libre, en plenitud con el exterior. Por tanto, no es casualidad que desde muy pronto las formas estilizadas o compactas, pero siempre en súbito desarrollo que significan su obra, empiecen a familiarizarse con el ambiente de distinto lugares del mundo.

Catálogos

Cada exposición permanece en el tiempo a través de sus catálogos

Las exposiciones y las obras de Sergio Castillo están registradas en innumerables Catálogos, libros y folletos desde 1963

Sergio Castillo en vez de escoger el humo
se entendió con el fierro. Entenderse significó amarlo
y combatirlo y hacerlo dar frutos.
Hay que hablar de estos frutos soberbios.
Hay que hablar de estas ramas, de estas raíces de fierro,
de estas explosiones de dureza que se transforman
en luz negra, en floricultura subterránea,
en jerarquías naturales.
Sergio Castillo reconoce las formas que rodaron
sin desaparecer, que trabajaron y sostuvieron.
Adivinó la maquinaria moribunda
y le dio con sus manos resurrección.
¡Signos de profundidad! ¡Patrimonios de altura!
O simplemente construcciones en que Sergio Castillo
se juega por entero para que florezca
lo más duro y para que el aire se inmovilice
en estas torres y siga bailando en su camino.

Pablo Neruda. Isla Negra 1966